Hace cuatro días fue el 35 aniversario de Sensación de vivir (aquí hasta para dar las noticias somos retro) y no sé si celebrarlo o llorar. Lo primero porque en fin, ¿cuándo ha pasado tanto tiempo? ¿No estábamos ayer en 2001?
Lo segundo, y eso en serio, porque dos de sus protagonistas más icónicos, Luke Perry y Shannen Doherty, ya no están. Ver la serie ahora sin ellos se siente distinto y triste. Pero también bonito porque este es parte de su legado y quedará para siempre. Todo mi cariño y respeto hacia ellos.
Cuando hablamos de Sensación de Vivir (o Beverly Hills, 90210, para los puristas), hablamos de uno de los mayores referentes de los años 90, un fenómeno televisivo. El drama teen antes de que existiera el género como tal. Marcó tendencia, creó un formato y definió el concepto de las series adolescentes tal y como hoy las conocemos y muchas de las que vinieron después, incluso las más recientes, tienen algo de su ADN.
Toda una década en antena la respalda, acompañando a sus personajes desde el instituto hasta la vida adulta, sin recurrir a trucos como el salto temporal. No. Diez temporadas resistiendo con su estética noventera y sus caras perfectas.
El primer episodio, titulado Clase de Beverly Hills, se estrenó el 4 de octubre de 1990. Duele.
Duraba 90 minutos, casi como una película. Excesivo, sí, pero tan convencidos estaban de su éxito que hasta lo lanzaron en VHS. Toda una joya de colección.
Pero ese piloto esconde mucho más de lo que parece.
Así que, 35 años después, toca volver a verlo y comentarlo como se merece.
Los hermanos Walsh aterrizan en Beverly Hills
La serie se abre con Brandon Walsh, despertando con el sonido de un dinosaurio, y eso que Jurassic Park aún no existía. En la habitación de al lado, Brenda (originales los padres), intentando decidir qué ponerse porque toda su ropa es, digamos, difícil de defender y claro, siendo la nueva no quiere dar esa imagen. Desde esa primera escena ya queda claro que ellos serán el centro de todo.
Los créditos aún no tenían la mítica sintonía (esa que todos tarareamos) y se presenta estilo telefilm, con los nombres apareciendo sobre las escenas y con una Tori Spelling, casi escondida al final del reparto, fingiendo que no era la hija del jefe.
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A despertarse, que lo voy a petar. Lo sabes y lo sé |
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Esto para Beverly Hills como que no pega, ¿no? |
Y una vez conocidos a los dos hermanos mellizos, que acaban de mudarse de la fría Minnesota al guay Beverly Hills debido al trabajo de su padre, nos falta el resto de lo que va a ser la pandilla y la historia de cada uno.
Que historia historia no es que haya mucha aunque tengan hora y media para presentarlos, pero ya se va viendo de qué pie cojea cada uno.
Primeras impresiones: Kelly y compañia
Kelly Taylor, la rubia altiva con cara de perdonarte la vida, vuelve del verano con una nariz nueva y eso, según ella misma, la convierte en popular. Prácticamente lleva una vida independiente porque su madre, más pendiente del champán que de su hija, brilla por su ausencia. Y sí, siempre fui Team Kelly. Ya lo he dicho.
Steve Sanders, ex novio de Kelly. Lo dejó ella, aunque él le cuente lo contrario a todo el mundo. Es el típico niño rico encantado de haberse conocido. Su madre es actriz famosa, su coche cuesta lo que una casa, y su ego... también.
Un pequeñajo David Silver, el pringadillo que quiere encajar a toda costa junto a su inseparable amigo Scott (lo suyo sí que fue un drama…).
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¿Dónde está tu tocha? |
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Te gusta ¿eh? lo siento, majo, ya eres historia |
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Tío, ¿Por qué no molamos? ¿Qué es lo que falla? |
Luego estaba Donna Martin, “esa amiga”. No me cabe duda de que escribieron este personaje sólo para ella. En plan, tenemos que darle un papel a esta chica sí o sí ¿cuál puede ser? Venga, pon ahí una al lado de Kelly y ya está. No se conoce nada de ella en este capítulo. Ni en el próximo, ni el próximo… Menos mal que con el tiempo se gana su sitio (Donna Martin Graduates!) y muy merecido la verdad, que es muy graciosa y maja ella, porque al principio era un poco descarado.
¿Quién faltaba? Ah sí, Andrea Zuckerman, la intensita repelente del grupo. Vive el periodismo escolar como si dirigiera el New York Times. Una reina del drama académico.
Los padres Walsh, por su parte, son un oasis de normalidad. Los padres que cualquiera en Beverly Hills querría tener. Ellos escuchan a sus hijos, los comprenden y los quieren de verdad. Y, asombroso, entre ellos también se quieren. Allí todos tienen cochazos y unas casas de impresión, pero el verdadero lujo que ninguno tenía era unos padres así.
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No soy la sombra de Kelly |
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Con este estampado yo creo que cuelo por una de 16 |
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Si, esa de allí. De toda la vida, en serio |
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¿Yo? ¿Se te ha subido la rinoplastia al cerebro? |
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Brenda te lo juro, este es el comienzo de una hermosa amistad |
Casi todo el instituto se presenta allí, lógico, incluido Brandon que va solo, porque a él nadie le cedió un sitio. Pero no le hace falta porque él conquista de otra forma, así que se lía con la anfitriona. Dí que sí.
Pero la fiesta da para mucho más.
David, que se ha colado allí, se ofrece a ayudar a un bebido Steve. Él no puede conducir y, sin saber lo que hace, obviamente, David termina llevándole a casa con su propio coche. El mismo David que no tiene ni carnet.
Así pasa, que el niño bonito de Steve, su carísimo Corvette, queda hecho un cromo.
No sólo tiene que pasar por la humillación de que un novato ha conducido su coche, sino que encima se lo ha destrozado. Steve se pone a buscarlo por todo el instituto y no para darle las gracias precisamente.
Es que hay que tener cuidado con lo que se hace para ser popular. Y sí, al final le pilla porque se ha dejado la gorra en el coche… Prometo que David va siendo más espabilado con el tiempo.
Drama adolescente en estado puro
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Chaval yo llevaré un pedal, pero tú no llegas a los pedales |
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Uy, creo que le he hecho un rasguño a tu coche |
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No seas tonta tía, que el lápiz no se borra aquí |
Su hermanito tampoco pierde el tiempo y le pregunta a Andrea dónde puede llevar a su cita, la de la fiesta, a cenar. Ya ves tú, la ideal para eso, pero le manda a un sitio con ojillos de ojalá se os atragante la comida por no llevarme a mí. Total terminan en el jacuzzi de Marianne, venga.
La cosa se pone calentita, pero Brandon ya va demostrando lo buen chico, serio y responsable que es y decide ponerle freno. Marianne que no está acostumbrada a estas cosas, se lo agradece mandando unas flores en mitad de una clase de español. Si, si, ¿quién no ha recibido rosas alguna vez mientras hablaba el profesor?
Steve empieza a preguntarse qué ha hecho Brandon para tal detalle y los demás chicos insinúan todo lo contrario a lo que ha pasado. Y Brandon no es que lo niegue.
Así que en plena radio del instituto, que suena en plan megafonía, lanzan el rumor de que el recién llegado ha conocido demasiado bien a la millonetis de Marianne… Aprende Reina Cotilla, será tecnología prehistórica, pero sueltan los cotilleos dando la cara. Brandon se queda perplejo, ya que la chica piensa que él ha ido contando mentiras para hacerse con un nombre y se pone hecha una furia.
Y Andrea también, como si pintara algo en ese asunto, pero le parece fatal, o sea fatal lo que Brandon ha hecho.
Y Brenda mientras en su mundo, creyendo que va en serio con Jason. Hasta va a una cena con unos amigos suyos, super adultos e intelectuales y queda fatal, porque no tiene ni idea de qué narices están hablando.
Al final decide contarle la verdad, que tiene 16 años y que aún va al instituto, ya que Kelly cree que si la quiere de verdad eso no le importará.
No sé con cuántos tíos veinteañeros habrá salido la rubita, pero eso con Jason no funciona y reacciona cómo si hubiera sido una broma de colegialas y hasta amenaza con denunciarla. Chico, ni que te hubiera quitado los ahorros y hubiera huido a Panamá, relax.
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Vamos a empezar la serie con un buen mensaje, así que tranquilita |
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Nada, entregue las flores hombre, ya seguiré dando clase luego |
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Mi primer desengaño amoroso, jo |
Las conclusiones
Pero es hora de demostrar de qué sangre están hechos los Walsh, los valores que sus padres les han inculcado y cómo se hacen las cosas en Minnesota.
Brandon se sincera por la radio, que con Marianne no pasó nada de nada y que no está bien que lo insinuara. No hay aplausos ni nada de eso, pero Marianne le agradece que haya dicho la verdad.
Eso sí, de volver a salir con ella que se olvide.
Brenda le confiesa a sus papis lo malota que ha sido, que les ha estado mintiendo, que ha sacado malas notas porque tenía la cabeza en las nubes con el chico nuevo… todo un mar de lágrimas. El primero de muchos.
Pero para malota, Andrea. Sí, sí, la mosquita muerta, menuda…
Brandon va todo orgulloso a preguntarle que sí ha escuchado su confesión por la radio y demostrarle que no es el cerdo que ella piensa, que vaya cartel le cuelga al muchacho. Y por supuesto, ella no escucha esas cosas.
Brandon no se queda conforme y va detrás de ella a convencerla de que él no es así y ve como se sube a un autobús. Así que no tiene un cochazo como todos los demás del West Beverly…
Y como no lo ve muy normal, la sigue. No se va a quedar con la intriga. Y descubre que vive en un barrio pobre y va a ese instituto de forma ilegal. La chica más recta del grupo tenía su propio secreto y le hace prometer a Brandon que no dirá nada porque si no la echarían de allí.
Ahora ya no le importan las mentiras y no puede dar lecciones de moralidad a Brandon, que lo de Marianne queda más que olvidado para ella y le invita a su casa como si nada, porque por fin puede llevar a un amigo. Si, lo que quiere es amistad…
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Mira guapito, a mi flores de rebote no |
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Mami lo siento mucho. No volveré a ser mala hasta que conozca a Dylan |
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Pues esto de Beverly Hills no está tan mal |
Para cerrar el capítulo, los dos hermanos se sinceran después de lo que ha pasado y hacen balance de sus primeros días en Beverly Hills y llegan a la conclusión de que es muy diferente a Minnesota. Bravo. ¿Habrán tenido que pensarlo mucho?
¿Y Dylan? ¿Dónde está Dylan? Pues no sale en el piloto. Qué se le va hacer, lo bueno se hace esperar.
Y sí también siempre fui Team Dylan. Que sí, que Brandon es muy guapo y es el yerno que toda madre se muere por tener, pero soso es un rato. Claro, que Dylan a veces era demasiado cabroncete, pero eso ya es más adelante...
Y así es el primer episodio de muchos, 293 para ser exactos, de Beverly Hills 90210 Sensación de Vivir, Sensa para los amigos.
Así eran las series teen hace 35 años y como digo, muchas han aprendido de ellas.
¿O eso de team Conrad o team Jeremiah de dónde creéis que viene? Que lo de los triángulos amorosos lo empezaron Kelly y Brenda y 35 años después aún seguimos debatiendo quien se merecía el amor de Dylan.
Si os gusta esto de comentar los capítulos, lo iré haciendo con más series y episodios míticos, ya me diréis. Pero ya aviso que la siguiente va a ser Melrose Place.
¿Y tú? ¿Eras team Kelly o team Brenda? ¿Brandon o Dylan? ¿Andrea o Donna?... Bueno, ahí no hay debate…
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