Este sábado 4 de octubre, AXN se acuerda de nuestra infancia noventera y rescata Cinco en familia (Party of Five sí, la de los Salinger, los huérfanos más sufridores de la televisión).
La van a emitir todos los fines de semana y, sinceramente, me hace extrema ilusión cada vez que se acuerdan de un clásico y dan la oportunidad de descubrirlo a quien nunca lo ha hecho. Y los que sí la vimos, pues toca disfrutarla de nuevo. Muchas cadenas/plataformas podrían seguir su ejemplo y rescatar joyas perdidas en lugar de tanto remake y revival… pero bueno, eso es otro tema.
Los 90 fueron una fábrica de series teen dramáticas que nos marcaron a todos, pero Cinco en familia jugaba en otra liga y no se merece estar cogiendo polvo en la estantería de “series olvidadas”.
Así que si no la viste en su día porque lo más probable es que aún no hubieras nacido… (triste pero cierto), o si la seguiste fielmente pero ha llovido tanto que ya ni recuerdas la mitad de las tramas (como es mi caso y más triste aun), ahora no tienes excusa.
Y aquí van 5 motivos para darle al play:
1. El argumento
A ver, Cinco en familia no es una serie divertida para pasar el rato. Ni tiene triángulos amorosos infinitos de instituto para debatir durante siglos. Es un drama, con mayúsculas. El punto de partida ya te rompe el corazón: cinco hermanos que se quedan huérfanos tras la muerte de sus padres en un accidente. Y a partir de ahí, tenían que hacerse cargo los unos de los otros, madurando a marchas forzadas.
Sobre todo Charlie, el mayor, que después de independizarse y ser un poco bala perdida, de repente tiene que hacerse cargo de cuatro hermanos menores de edad. Supervivencia, adolescencia, responsabilidades y la vida golpeando fuerte. ¿Suena triste? Sí. ¿Funciona? También.
Porque está contado con tanto realismo y cercanía que es imposible no engancharse. Aunque no lo parezca, no lo enfocaban desde el drama lacrimógeno estilo This is Us. Tenía un tono más ligero, y a veces hasta parecía lo más normal del mundo. Y eso gustaba.
2. Un reparto que luego fue mega famoso
Una gran ventaja de ver la serie ahora es que tiene un cast de auténtico lujo. Cualquier serie de hoy mataría por tener este reparto. Pero en su momento no lo valoramos porque, claro, predecir el futuro como que no. Solo estábamos viendo a unos actores que no nos sonaban de nada.
Y claro, ahora de disfruta más porque es una locura ver en la misma serie a Neve Campbell (Scream), Jennifer Love Hewitt (Sé lo que hicisteis el último verano), Matthew Fox (Perdidos) o Lacey Chabert (Chicas malas). No te digo que lo superes, iguálamelo.
Eso sí, ya se veían maneras que por algo despuntaron después y algunos ya en ese momento. Neve Campbell rodó las dos primeras entregas con Ghostface mientras hacía la serie, y claro, su presencia en pantalla se redujo bastante. Falta de tiempo y de presupuesto, supongo, porque su caché subió considerablemente. Lo mismo le pasó a la Hewitt con su franquicia slasher. Bueno, ella tuvo hasta su propio spin off.
Aun así, las dos reinas del grito de los 90 coincidieron lo suficiente. Lo dicho: un lujo absoluto.
3. Personajes que crecieron contigo
Cada hermano tenía su arco personal: Charlie, el hermano mayor convertido en padre improvisado y llevando el negocio familiar. Julia, la rebelde/artística. Bailey, siempre entre ser responsable y meter la pata. Claudia, genio precoz del violín con más carácter que paciencia. Y Owen… que creció literalmente delante de nuestros ojos.
Si la viste de adolescente, seguro que conectaste con alguno. Porque, aunque (por suerte) la mayoría no pasamos por algo tan duro, era fácil empatizar con ellos y sus problemas.
Más allá de la tragedia, vivian historias que bien podrían pasarle a cualquiera.
Hasta las peleas tontas de hermanos eran reconocibles: ¿Quién no discutió por coger un jersey sin permiso?
Son personajes muy reales y sobre todo carismáticos. Ninguno te pasa desapercibido. Bueno, Owen sí.
4. Una serie que se atrevió con todo
Cinco en familia se adelantó a su tiempo. Tocó alcoholismo, embarazo adolescente, relaciones tóxicas, abandono, salud mental, cáncer… y lo hizo en un tono cercano, sin dar sermones ni caer en moralinas baratas.
Tenía también espacio para romances complicados, amistades intensas, líos adolescentes y hasta toques de humor que aliviaban tanta tragedia. Era ese equilibrio el que la hacía única: te dejaba con un nudo en la garganta, pero también con ganas de vivir la vida.
Rompió con todo y dio paso a una nueva generación de series juveniles como Dawson Crece o Las chicas Gilmore, que triunfaron con la misma fórmula: situaciones más reales sin caer en dramas rocambolescos de instituto.
Por eso ganó un Globo de Oro a mejor serie dramática en 1996, y por eso aún hoy sorprende lo bien que aguanta el tipo.
5. Nostalgia noventera en vena
Peinados imposibles, música que hoy es “retro cool”, teléfonos con cable en la cocina… Ver Cinco en familia hoy es un viaje directo a mediados de los 90.
Si creciste en esa época, te devolverá a tu salón de adolescente. Si no, te ayudará a entender por qué seguimos obsesionados con aquellas series.
Estos son mis 5 motivos, aunque hay más y cada uno tendrá los suyos. Lo importante es que vuelva a tener su momento, porque Cinco en familia no es de las series que más se recuerdan de esa época… y se lo merece.
Dale una oportunidad y luego me lo agradeces. Eso sí, cuidado: corres el riesgo de engancharte, llorar un poco y acabar diciendo que las series de antes eran mejores. Y ahí… ya no hay vuelta atrás.
Comentarios
Publicar un comentario